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De Galápagos a Madagascar: un viaje para proteger a las tortugas

28 Mar 23 /
Autor: Ainoa Neito, investigadora asociada del Instituto de Medicina de la Conservación del zoológico de Saint Louis y antiguo miembro del personal de la FCD.

En la última década, decenas de miles de tortugas radiadas de Madagascar han sido confiscadas de las redes internacionales de tráfico ilegal. La organización Turtle Survival Alliance (TSA) se encarga del manejo y cuidado de estas tortugas, hasta que pueden ser devueltas a su hábitat natural. En noviembre de 2022, un grupo de investigadores y veterinarias de diversas instituciones viajaron al sur de Madagascar para determinar la salud de 2000 tortugas de Madagascar críticamente amenazas que esperaban ser devueltas a la vida silvestre. La Dra. Ainoa Nieto Claudín, investigadora asociada de la FCD, participó en este trabajo como parte del Instituto de Medicina de la Conservación del Zoológico de Saint Louis. La Dra. Nieto Claudín ha trabajado en Galápagos los últimos años, estudiando la salud de las tortugas terrestres que dan nombre al archipiélago. Este ha sido su primer viaje a Madagascar para trabajar con las tortugas radiadas.

Es noche cerrada cuando por fin llegamos a nuestro destino; un alto muro delimita todo el perímetro y dos vigilantes armados nos reciben con cara de pocos amigos. Estamos cansadas, hambrientas y cubiertas de polvo después de la larga travesía y todo cobra un cierto tinte de irrealidad. Después de asegurarse de quiénes somos y por qué venimos nos dejan entrar y recorremos los pocos metros que nos separan de la que será nuestra casa durante las próximas dos semanas. Apenas hay luz, una sola bombilla ilumina un pequeño edificio y no se distinguen bien las dimensiones del lugar; por lo demás, reina la oscuridad y el cielo está más estrellando que nunca. Otra vez el cielo nocturno del hemisferio sur.

Nuestros compañeros locales nos ayudan a acomodarnos en dos pequeñas habitaciones; hay varios colchones estratégicamente colocados en el suelo, hace calor y me sorprende que no haya demasiados mosquitos. Las cinco mujeres del equipo nos amontonamos en una de las habitaciones, mientras los dos chicos comparten el otro cuarto. Curiosamente somos un equipo formado en su mayoría por mujeres, lo cual sigue siendo una excepción en el mundo científico. La cena nos está esperando y la comida nos despierta de la modorra del viaje. Trato de recordar cuántos días llevamos viajando, pero he perdido la cuenta. Recuerdo el vuelo que me llevó de Madrid a París, para luego embarcar en el Boeing 777 que me llevaría hasta Antananarivo, capital de Madagascar. Desde ahí, otro pequeño avión nos transportó al sur de la enorme isla, donde nos esperaban las camionetas 4x4 para hacer las últimas 8 horas del camino en coche. Con nosotras han viajado microscopios, centrífugas, material médico y de laboratorio, dos grandes congeladores portátiles y varios kilos de reactivos y materiales. Pero estamos aquí, ¡lo logramos!

Equipo de investigación a punto de abordar el avión en Antananarivo (de izquierda a derecha): Tsanta Fiderana Rakotonanahary, Kari Musgrave, Stephen Nelson, Bonnie Raphael, Sarah O’Brien, Sean Perry, Ainoa Nieto Claudín y Jamie Palmer.
Equipo de investigación a punto de abordar el avión en Antananarivo (de izquierda a derecha): Tsanta Fiderana Rakotonanahary, Kari Musgrave, Stephen Nelson, Bonnie Raphael, Sarah O’Brien, Sean Perry, Ainoa Nieto Claudín y Jamie Palmer.

Nos encontramos en uno de los centros de conservación y protección de tortugas terrestres que la organización Turtle Survival Alliance administra en el sur de Madagascar. La ubicación del centro se mantiene en secreto y las medidas de seguridad son muy elevadas, cualquiera diría que aquí hay algo más que tortugas... Pero no es así. Las redes de tráfico ilegal de especies son tan poderosas que todas las medidas de seguridad son pocas para preservar a unos pocos miles de animales. Parece sorprendente que las tortugas de Madagascar sean una de las especies más traficadas del mundo. Y la razón es muy sencilla: son hermosas. Pienso en las tortugas de Galápagos, con las que he trabajado tantos años, y no puedo evitar compararlas… las de Madagascar ganan en belleza por goleada… pero no son gigantes…

Tortuga radiada de Madagascar (Astrochelys radiata, izquierda) y tortuga gigante de Galápagos (Chelonoidis vandenburghi, derecha).
Tortuga radiada de Madagascar (Astrochelys radiata, izquierda) y tortuga gigante de Galápagos (Chelonoidis vandenburghi, derecha).

Nuestro equipo está compuesto por cinco veterinarias, dos técnicas de laboratorio y un cuidador, y tenemos una misión que cumplir: determinar el estado de salud de las dos mil tortugas radiadas (Astrochelys radiata) que esperan ser liberadas en las próximas semanas. Hay mucho trabajo por hacer.

Las jornadas de trabajo son largas. Empezamos temprano porque el calor aprieta y hay muchos animales que muestrear, y terminamos tarde porque algunas muestras tienen que ser analizadas inmediatamente. Tomamos muestras de sangre e hisopados orales y cloacales de un subgrupo de tortugas elegidas al azar, para establecer su estado de salud y si tienen alguna enfermedad infecciosa. Además, realizamos un examen de salud de todas las tortugas que van a ser repatriadas y las marcamos con un microchip subcutáneo que permite la identificación individual de cada tortuga. No hay mucho tiempo para descansar, pero los lémures de cola anillada nos visitan cada tarde para alegrarnos y recordarnos dónde estamos. ¡Madagascar!

Muestreos de tortugas radiadas en campo (izquierda) y estudiantes locales Janice Athina y Rodhite Mireille procesando muestras en el laboratorio.
Muestreos de tortugas radiadas en campo (izquierda) y estudiantes locales Janice Athina y Rodhite Mireille procesando muestras en el laboratorio.

Y recuerdo de nuevo que hace apenas un par de meses estaba en otra isla, en otro océano, trabajando con otras tortugas. Y es todo tan diferente y a la vez tan parecido… Las mismas amenazas que enfrentan las tortugas de Galápagos las sufren las tortugas de Madagascar, aunque a una escala mucho mayor. La deforestación y destrucción del hábitat, la contaminación, el cambio climático, las especies introducidas, las enfermedades y el tráfico ilegal, por nombrar solo algunas de ellas… Y el trabajo se repite. Realizar análisis de salud para conocer las enfermedades que están presentes en estas especies, recuperar a aquellos animales que han sido víctimas del tráfico ilegal y asegurar que no transportan ninguna enfermedad que pueda afectar a las tortugas silvestres, concienciar a las autoridades y las instituciones para que tomen cartas en el asunto… ¡queda tanto por hacer!

Cada año, miles de tortugas de Madagascar son decomisadas en las redes internacionales de tráfico ilegal de especies. A eso hay que sumar todas aquellas que no son encontradas y que pasan los filtros de seguridad para ser enviadas a lo largo y ancho del planeta. Los números son desgarradores. En Galápagos las cosas no son muy diferentes, aunque los números son mucho menores. En los últimos años, varios eventos de tráfico ilegal de tortugas gigantes de Galápagos han sido documentados y han aparecido en los medios de comunicación internacionales.

Tortugas radiadas de Madagascar (Astrochelys radiata) decomisadas en las redes internacionales de tráfico ilegal y mantenidas en las instalaciones de Turtle Survival Alliance.
Tortugas radiadas de Madagascar (Astrochelys radiata) decomisadas en las redes internacionales de tráfico ilegal y mantenidas en las instalaciones de Turtle Survival Alliance.

Sentada en el restaurante de uno de los parques nacionales más emblemáticos de Madagascar, donde todavía pueden avistarse numerosas especies (lamentablemente no tortugas), reflexiono sobre el futuro de Galápagos y de Madagascar. Dos lugares tan distantes en el espacio y tan cercanos en cuanto a los retos que enfrentan para conservar sus especies endémicas. Afortunadamente, en ambos lugares he conocido un buen número de personas realmente comprometidas con la conservación, la educación y la protección de criaturas únicas y fascinantes: tortugas, iguanas marinas, lémures o camaleones. Especies emblemáticas y carismáticas que desempeñan un papel fundamental para conservar la salud y bienestar en sus ecosistemas. Es nuestra responsabilidad y nuestra obligación asegurar que tienen un futuro. Se lo debemos. Nos lo debemos.

Penguinsquare
Andres Cruz

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