La historia detrás del re-encuentro de Scalesia retroflexa en el Garrapatero
Todo comenzó con una visita de fin de semana a la Playa El Garrapatero, en la isla Santa Cruz. Mi amiga Rebekka y yo estábamos remando en kayak a lo largo de la costa cuando hicimos un descubrimiento inesperado, uno que podría cambiar el destino de una especie de planta en peligro crítico de extinción.
Allí, aferrado a un acantilado rocoso, estaba un arbusto de hojas onduladas y pequeñas flores blancas.
¿Podría ser Scalesia retroflexa, una de las plantas más raras de Galápagos?
Scalesia retroflexa pertenece al género Scalesia, uno de los seis géneros endémicos de plantas de Galápagos. Este grupo de 15 especies de plantas es conocido como “los pinzones de Darwin del mundo vegetal” debido a la gran radiación adaptativa derivada de su presencia en diferentes ambientes e islas. Algunas de estas especies tienen distribuciones muy restringidas. Por ejemplo, Scalesia retroflexa se encuentra únicamente en el sureste de la isla Santa Cruz, donde su población ha disminuido debido a la herbivoría de cabras introducidas.
Esta especie es considerada tan rara pues, desde principios de los 2000, solo se la ha documentado como “presente” dentro de una misma población en Punta Núñez. Sin embargo, registros históricos de herbario sugieren que en el pasado también crecía en otras localidades de la costa sureste de Santa Cruz. El programa Galápagos Verde 2050 (GV2050) de la Fundación Charles Darwin (FCD), la iniciativa de restauración ecológica para la que he trabajado durante casi 5 años, ha estado planificando una búsqueda a lo largo de esta área costera para confirmar si alguna de las poblaciones históricas aún persiste. Para ello, hemos recopilado coordenadas de sitios donde la especie estuvo presente en el pasado, a partir de literatura científica y registros de herbario.

Lamentablemente, la falta de financiamiento ha imposibilitado realizar la búsqueda de nuevas poblaciones.
Ese día en El Garrapatero, no estábamos buscando a Scalesia retroflexa. Simplemente estábamos disfrutando de la playa cuando recordé algo de nuestra revisión bibliográfica: una tesis de 1995 mencionaba la presencia de estas plantas a tan solo cinco metros del agua, cerca de este lugar. Si aún existían, ¿sería posible verlas desde la zona donde se permite hacer kayaking?
Remábamos bordeando la costa, mis ojos recorrían las rocas. Y entonces, la vimos. No solo una, sino varias plantas creciendo en los acantilados ¿Podría ser real? ¿Cuántas veces yo misma, mi equipo y otras personas con formación botánica habremos recorrido esta costa en kayak, durante los últimos 30 años, sin percatarnos de la presencia de estas plantas en peligro crítico?
Necesitábamos estar seguras. Con mucho cuidado, nos acercamos a la planta más cercana al agua. Y entonces, un dulce aroma familiar confirmó lo que mis ojos ya sabían gracias a experiencia previa con esta especie: ¡Sin duda era Scalesia retroflexa!
De regreso en la FCD, compartí la emocionante noticia con el equipo del programa GV2050. De inmediato, organizamos una expedición con apoyo de la Dirección del Parque Nacional Galápagos. Contando con el respectivo aviso de viaje de campo, regresé con mis compañeros Paúl Mayorga, cuyo conocimiento sobre trabajo de campo es invaluable, y Elena Espín, voluntaria del GV2050 en su primera visita a las islas, además de un machete para acceder al sitio a pie y explorar más a fondo.
Para nuestra sorpresa, en un tramo de aproximadamente 50 metros a lo largo de la costa encontramos 16 individuos de esta especie, lo que nos da esperanza de que existan más plantas en otros sitios históricos aún inexplorados. Además, colectamos muestras de herbario que Patricia Jaramillo Díaz, Investigadora Principal del GV2050, examinó para confirmar la especie.


El hallazgo de esta segunda población representa una oportunidad única para fortalecer los esfuerzos de conservación de Scalesia retroflexa. Ahora que hemos confirmado más individuos, podemos evaluar su vulnerabilidad ante amenazas como la herbivoría de cabras y utilizarlos como una segunda fuente de semillas para esfuerzos de restauración. Actualmente, estamos trabajando en estrategias para proteger esta nueva población y darle a Scalesia retroflexa un futuro más allá de la extinción.
Los descubrimientos científicos no siempre ocurren en lugares remotos e inexplorados. A veces, suceden en la misma playa donde pasas tus fines de semana. Tampoco son siempre realizados por “científicos tradicionales”. Pueden provenir de cualquier persona curiosa, observadora y dispuesta a hacer preguntas.
Si tienes el privilegio de llamar a Galápagos tu hogar, ya posees más conocimiento del que te imaginas. Guardaparques, guías turísticos, pescadores... el conocimiento local está en todas partes, transmitido entre familias y amigos. Y el conocimiento también se adquiere. Lo más importante que necesitas es curiosidad.
Así que la próxima vez que explores, presta atención. Haz preguntas. Observa con detenimiento las plantas y los animales a tu alrededor. Porque el próximo gran descubrimiento podría estar frente a tus ojos.