En memoria de Rodrigo Borja Cevallos
Expresidente del Ecuador y Miembro Honorario de la Fundación Charles Darwin
La relación de Rodrigo Borja con Galápagos estuvo marcada por un profundo respeto por las islas y por la convicción de que su protección requería instituciones sólidas, una visión de largo plazo y la ciencia como eje central de la toma de decisiones. La Fundación Charles Darwin recuerda al expresidente del Ecuador no solo como una figura pública, sino como un comprometido defensor de la conservación, que se mantuvo estrechamente vinculado a la Fundación como Miembro Honorario hasta su reciente fallecimiento.
La presidencia de Borja, entre 1988 y 1992, coincidió con un momento clave para la gobernanza de la conservación en Galápagos. Fue un período caracterizado por un diálogo abierto sobre los desafíos que enfrentaba el archipiélago, en el que los temas de conservación se abordaron al más alto nivel del Estado, mediante intercambios francos y una participación constructiva entre las autoridades gubernamentales, el Parque Nacional Galápagos y la Fundación Charles Darwin.
Ese espíritu de colaboración se tradujo en un respaldo institucional concreto. El presidente Borja depositó un alto grado de confianza en la Fundación y en su misión. En 1989, el convenio de cooperación entre el Gobierno del Ecuador y la Fundación Charles Darwin —que permite a la Fundación operar la Estación Científica Charles Darwin como principal asesora científica del Parque Nacional Galápagos— fue prorrogado por cinco años adicionales.
La alianza se fortaleció aún más en 1991, cuando el presidente Borja invitó a representantes de la FCD al Palacio de Carondelet para suscribir un nuevo convenio de cooperación que extendió el mandato de la Estación Científica Charles Darwin por 25 años, hasta 2016. El acuerdo fue firmado por el Dr. Craig MacFarland, entonces presidente de la Fundación, y por el ministro de Relaciones Exteriores del Ecuador, canciller Diego Cordovez, con el presidente Borja, el príncipe Henri de Luxemburgo y el Dr. Rodrigo Crespo como testigos de honor. La ceremonia subrayó la confianza del Estado en el trabajo científico y de conservación de la Fundación.
Esta renovación de largo plazo brindó una estabilidad institucional clave, que permitió a la Fundación ampliar sus programas en todo el archipiélago, desde la formación de estudiantes ecuatorianos y la investigación de especies amenazadas, hasta el control de especies invasoras mediante iniciativas como el Proyecto Isabela, que logró la erradicación de cabras, cerdos y burros ferales de las islas Isabela, Santiago y Pinta.
La administración de Borja también marcó un hito para la conservación marina. El 6 de agosto de 1992 aprobó el primer Plan de Manejo de la Reserva de Recursos Marinos de Galápagos. Este plan se convirtió en una referencia fundamental para los gobiernos posteriores y sentó las bases del marco de conservación marina que, con el tiempo, evolucionaría hacia la actual Reserva Marina de Galápagos, hoy reconocida como una de las áreas marinas protegidas más importantes del mundo.
Su relación con la Fundación Charles Darwin no concluyó al dejar la presidencia. A mediados de la década de 1990, Borja fue formalmente invitado a convertirse en Miembro Honorario de la Fundación. Según Alfredo Carrasco, miembro del Directorio de la FCD y exsecretario general, aceptó la distinción de inmediato y por escrito, un gesto que reflejó su confianza permanente en la institución y su compromiso duradero con la conservación de Galápagos.
La Fundación Charles Darwin expresa sus más sinceras condolencias a la familia del presidente Borja, a sus amistades y a todas las personas que trabajaron junto a él. Honramos su memoria y el papel fundamental que desempeñó en el fortalecimiento de las bases institucionales que continúan respaldando la conservación en Galápagos.